Por sus obras los conoceréis
viernes, mayo 11, 2007
Carta al Presidente del Gobierno
Hay un tiempo en el que todo hombre tiene derecho a un cierto crédito sin necesidad de otro aval que el de su propia palabra. Sólo cuando la quiebra, tienen los demás derecho a retirarle ese crédito.
Señor Presidente, ¿sigue teniendo usted derecho a tal crédito? O, mejor dicho, ¿tenemos los españoles derecho a retirarle ese crédito?
Por no ser exhaustivo, ni cansino –palabra esta muy manchega-, le invito a que repasemos algunos temas recientes en los que usted ha empeñado su palabra: se ha declarado feminista convencido y se ha comprometido a favorecer la presencia de las mujeres en la vida pública; se ha comprometido a luchar contra la corrupción y a limpiar sus listas; ha dicho que es esencial que el gobierno no intervenga en negocios privados; y nos ha dicho –eso si, con oscuros circunloquios- que Batasuna no estaría en las elecciones del 27 de mayo.
Las chicas de Garachico
Curioso feminista es el que le prohíbe presentarse a las elecciones a una mujer. No sé cómo calificar al que se lo prohíbe a dieciséis. Eso es precisamente lo que ha hecho usted con su absurda ley de paridad. Y se lo digo con todo el respeto debido. Gracias a usted y a su ley, dieciséis mujeres valientes que han sufrido desde el despido en el octavo mes de embarazo, hasta las amenazas personales, no podrán presentarse a las elecciones en la maravillosa villa de Garachico. En esta ocasión no ha sido el «Teide Gigante» el que le ha robado parte de su ser. Ha sido un político el que le ha arrebatado a sus mujeres el legítimo derecho a presentarse a unas elecciones; a ser alcaldesa o concejal, con el permiso de sus convecinos. Y lo ha hecho en contra de la palabra dada.
Curiosa también es esa lucha que mantiene contra la corrupción. Mientras una parte de usted, la más retórica y contundente, se dedica a las grandes palabras contra aquellos que usan el poder para enriquecerse o urdir venganzas personales desde un cargo público, otra parte de su mismo ser, sostiene en su puesto como candidato a la alcaldía de Madrid a un hombre acusado de esos mismos delitos por un alto cargo de su administración que está dispuesto –aunque sea evidente- a probarlo ante los tribunales. Cuando todavía resuena su grandilocuencia en el ambiente, nos sorprende mirando para otro lado mientras, desde su propio partido, se destapan casos de corrupción como el de Ibiza, en el que se implica en el cobro de comisiones ilegales hasta el mismísimo número dos de su partido.
No deja de ser… curioso su reciente empeño en proclamar que todo gobierno debe mantenerse al margen de la vida y avatares de las empresas privadas. Curioso… cuanto menos. Yo no puedo estar más de acuerdo con usted en esas afirmaciones, pero… ¿dónde estaba esa convicción cuando desde su entorno más próximo se acorralaba sin piedad ni tino a Francisco González? ¿Dónde estaban esas convicciones cuando desde su entorno más próximo se favorecía la toma de control del BBVA? ¿Dónde estaban esas convicciones cuando desde su entorno más próximo se acosaba una y otra vez a Manuel Pizarro? ¿Dónde estaban esas convicciones cuando desde su entorno más próximo y todos los sitios posibles se favorecía la OPA de Gas Natural sobre Endesa o se torpedeaba la de E.On? ¿Dónde estaban esas convicciones cuando desde su entorno más próximo se ha favorecido en esa pelea por una empresa privada a Enel y Acciona? O son curiosas sus convicciones liberales o no son tan profundas sus convicciones.
En cuanto al tema de las listas de los “ETA-Batasunos” y del miserable asesino que se pasea por San Sebastián no me voy a permitir la más mínima broma. Por duro y contundente que haya sido, nunca le he faltado al respeto, ni lo voy a hacer. Pero dentro del respeto debido le digo que no se me ocurre mayor cobardía que servirse de la ley para evitar que la propia ley se cumpla. No se me ocurre mayor indignidad que escudarse en la ley para que un asesino pueda pasear libremente frente a sus víctimas. No se me ocurre mayor delito contra la democracia que escudarse en la ley para que quien la combate con las armas, pueda aprovecharse de ella con los votos. No es la Ley la que permite tales cosas. Quien lo permite es el Gobierno… y algunos jueces.
Señor Presidente, creo que los españoles tenemos todo el derecho del mundo a retirarle el beneficio de la confianza en sus palabras. La mayor parte de nosotros podemos estar de acuerdo con muchas de las cosas que dice, pero la distancia que media entre lo que dice y lo que hace es demasiado grande. “Hay un tiempo para hablar y otro para hacer… y hoy ha llegado el momento de hacer…” ¿Se acuerda?
Por sus obras conocimos al presidente Suárez y nos ha quedado claro que fue el hombre de la concordia. Por sus obras conocimos al presidente Calvo-Sotelo y nos quedo claro que podíamos integrarnos en Europa. Por sus obras conocimos al presidente González y nos ha quedado claro que la corrupción pasa siempre factura. Por sus obras conocimos al presidente Aznar y nos ha quedado claro que se puede acabar con el terrorismo. Por sus obras estamos conociendo al presidente Zapatero y nos está quedando claro que engañar a la sociedad, manipularla y desprestigiarla le hacen ser el peor gobernante que haya tenido nunca este país.