Es la hora de la grandeza…
lunes, abril 6, 2009Artículo publicado en EL Mundo
Estamos viviendo uno de los momentos, desde el punto de vista político, más interesantes que yo recuerde desde la Transición. Dos formaciones políticas antagónicas, enfrentadas e irreconciliables hasta hace tan solo unos días, han alcanzado un pacto de singular importancia. España entera asiste ahora expectante, esperanzada y encogida a la plasmación material de unos acuerdos ya firmados y cuyo desarrollo que puede llegar a cambiar el curso de la historia del País Vasco, de una vez por todas. A nadie se le escapa que no es tan solo el cambio de un gobierno autonómico lo que está en juego, sino la posibilidad real de acabar con la falta de libertad en el único rincón de Europa donde todavía se mata por discrepar. Eso es lo que los españoles tenemos de verdad hoy en la cabeza.
Han querido las urnas que el liderazgo de ese acuerdo y la responsabilidad de gobernar el País Vasco recaiga sobre los hombros del PSE-PSOE que dirige Patxi López. Y han querido también, que el único apoyo indispensable que necesiten para ello, sea el de un Partido Popular del País Vasco liderado por Antonio Basagoiti. Ambos dirigentes y sus partidos han dado muestras de sensatez y discreción; de madurez y generosidad. Estoy convencido de que a ambos les cuesta mucho dar el paso; ambos deben sentir las reticencias surgidas de los muchos enfrentamientos que han protagonizado ellos y sus formaciones; ambos se verán obligados a renunciar a una parte de sus legítimos objetivos, pero si logran cerrar ese acuerdo y llevarlo a buen fin, ambos habrán entrado en la historia de nuestra democracia y, lo que es más importante, le habrán prestado uno de los mayores servicios que pueda nadie imaginar.
Pero, en esa tarea, no están solos. Detrás de ellos están sus dos formaciones políticas de ámbito nacional al completo. Las dos únicas capaces de conformar gobiernos estables a nivel nacional. Es impensable que se pueda alcanzar un acuerdo de tal trascendencia política sin la implicación directa de la dirección nacional de los dos partidos y el aplauso general de sus bases. Y es precisamente ahí donde pueden empezar los más difíciles problemas… y quizá, las soluciones también.
Todos sabemos que Zapatero y Rajoy, los dos, están detrás de ese pacto. Cada cual, más o menos obligado por las circunstancias; cada cual, con mayor o menor grado de convencimiento personal, pero lo están. Y lo están, porque es la única posibilidad de conformar una alternativa estable al PNV. Lo están, porque es la única forma de garantizar los muchos objetivos esenciales que comparten ambos partidos, sus bases y, me atrevo a decir, la mayoría de los españoles. Lo están, porque nadie en España hubiera entendido –ni perdonado- que no fueran capaces de alcanzar hoy ese pacto.
Sin embargo, todo pacto tiene un precio, y el precio que puede llegar a pagar cada uno de ellos por alcanzarlo, es muy distinto. Y alguien se sorprenderá al leer lo que sigue a partir de aquí.
Como todos sabemos, el PSOE ha venido gobernando estas dos últimas legislaturas con el apoyo de los nacionalistas, moderados y no moderados, de todos los signos posibles y, desde el «Pacto del Tinell», con la exclusión sistemática del Partido Popular. Por tales apoyos, ha llegado a hacer concesiones –tanto económicas como políticas- que le hemos criticado desde el Partido Popular con tanta dureza como acierto, a mi modo de ver las cosas. Es de todo punto evidente que, con este pacto, el apoyo del PNV al Gobierno de Zapatero en Madrid desaparece, y es muy posible que el de CiU, el de ERC o el del BNG, también. En cualquier caso y, como mínimo, el precio de esos apoyos se verá incrementado enormemente. Esto, que está sin duda alguna en la mente de los dirigentes socialistas, tiene que estarlo en la nuestra también.
Si es cuestión fundamental para España entera que ese pacto en el País Vasco sea estable y llegue a dar los frutos que todos esperamos, el Partido Popular podría estar “obligado” a garantizar, en determinadas circunstancias, también la estabilidad del Gobierno del PSOE a nivel nacional. Suena extraño, lo sé, pero no sería razonable, desde un punto de vista ético-político que, por hacer en Vitoria algo que nosotros mismos –los populares- les exigimos en aras del bien común, nosotros mismos –los populares- les desestabilizáramos en Madrid, o les empujáramos a endeudarse, aún más, con aquellos nacionalismos que luego criticamos.
Esto no significa, en modo alguno, falta de oposición; ni supone tampoco la obligación de secundar nada de forma mecánica o irracional. Se puede discrepar de forma abierta y profunda, incluso contundente, durante las deliberaciones en la cámara y votar en contra de una propuesta determinada como grupo parlamentario… y al mismo tiempo, se pueden aportar, de forma razonada, los siete votos necesarios para que la fuerza política que ha sido elegida por la mayoría de los españoles, pueda gobernar sin verse sometida al desproporcionado chantaje de una minoría que aprovecha la debilidad de alguno y el desacuerdo de todos. De esta forma, lo que se consigue es que el Gobierno lleve a cabo la misma política que llevaría en cualquier caso, pero sin que nos cueste a los ciudadanos unos cuantos millones de euros más por el apoyo de los nacionalistas que no tienen en cuenta el interés común de todos los españoles en su conjunto.
No sería esta, ni mucho menos, la primera vez que un partido “presta” a un gobierno de otro color, tan solo aquellos votos estrictamente necesarios para garantizarle su estabilidad. Les aseguro que hay numerosos testimonios de casos así que tuvieron lugar durante los primeros años de nuestra democracia; aunque entonces, bien es cierto, se hacía de forma más discreta. Quedarían, en todo caso, fuera de ese “pacto” aquellos temas que, como el aborto, fueran cuestión de conciencia o afectasen a asuntos de estado que, por su importancia, hicieran necesario un acuerdo de fondo entre ambos partidos.
Una actuación de este tipo, no solo es correcta desde un punto de vista ético, es una forma práctica de demostrar a quien lo dude que el pacto de la Transición no fue un sueño, ni fruto de la desmemoria. Es la mejor forma de hacer ver que sigue vivo y que su espíritu, como entonces, es el único capaz de hacernos avanzar cuando la tribulación se cierne sobre nosotros. Ni que decir tiene que el PSOE debería corresponder, primero, con la misma altura de miras y generosidad que recibe; y, segundo, cumpliendo lo que se espera de él en Vitoria.
Llevamos mucho tiempo hablando de la necesidad de alcanzar pactos estables entre las grandes fuerzas políticas de ámbito nacional en torno a los temas de Estado como son la justicia, la educación, la lucha contra el terrorismo o, en estos momentos, recordando los “Pactos de la Moncloa”, la salida de la crisis económica. Desgraciadamente, nadie renuncia a nada cuando lo tiene al alcance de la mano. Pero la realidad es tozuda: siempre es alguien concreto quien debe dar un primer paso para romper la profunda desconfianza existente; siempre es alguien concreto quien debe tener la audacia necesaria para arriesgar todo su capital político en busca de un entendimiento muy difícil de conseguir; siempre es alguien concreto quien ha de sentar el ejemplo. Sinceramente, no se me ocurre mejor oportunidad que esta para que la iniciativa la tome un partido en la oposición. Ha llegado la hora de la audacia…y de la grandeza también. Una audacia y una grandeza exigibles también al Gobierno. ¿La tendrá?
¡¡¡¡¡Por fin alguien del PP no ve en el contrario a un ENENMIGO!!!!!!
Un abrazo a su padre y ojalá le pongan su nombre a Barajas.
que buen articulo, que grande vivir en un pais donde los contrarios puedan conversar, que puedan romper la desconfianza
Comparto con usted las ideas expresadas en su artículo pero sinceramente no creo que el PP esté dispuesto a ello. Tienen en la mano una oportunidad fantástica de demostrar que son un partido al que merece la pena votar. Pero la ceguera es tan grande… Enhorabuena y siga por ese camino
Habia apostado con unos amigos que no se produciría un pacto de principios entre PP y PSOE en el País Vasco y me alegro mucho de haber perdido la apuesta ( ayuda el hecho de que no nos jugábamos nada importante). Después de 5 años de gobierno de «oposicion» del PSOE tratando de marginar al PP en todos sitios, parece casi milagroso lo visto estos días. Ahora parece posible un acuerdo parecido de ámbito nacional. Es urgente, todas las energías deben canalizarse para superar la crisis lo antes posible. ¿Estaremos a la altura de las circunstancias ?
Buen artículo. Qué bueno recuperar el pacto como forma de gobierno para todos y no como instrumento para otorgar prebendas a los minoritarios a costa de mayorías dignas.
Por lo que veo en internet, su artículo ha sido reproducido en varios medios. A ver si alguien del PP se da un paseito por esas páginas y le da una vuelta a lo que usted propone…me alegra que tenga semejante claridad de ideas y le animo a seguir defendiéndolas. Lástima que haya dejado la política activa.
Leí su artículo del día 6 de abril publicado en El Mundo y me pareció magnífico. Pero veo que va pasando el tiempo y el PP no da ningun paso adelante en ese sentido. Carecen de grandeza y eso me lleva a tener claro que a pesar de haberles dado mi confianza en varias ocasiones, he dejado de creer en ellos. Qué pena que los políticos que dicen encarnar el centro de Adolfo Suárez, no sean capaces de llevar a la práctica la generosidad y el talante que él derrochó siempre. Es patético.Todos mis respetos y mi cariño para usted y su gran padre.
«Lo importante de Suárez, no es lo que hizo, con ser mucho, sino cómo lo hizo. Si atendemos a lo que él mismo nos ha venido reiterando desde aquel angustioso “no quiero que la democracia sea un paréntesis en la vida de los españoles”, hasta las palabras citadas unas líneas antes, queda claro que lo importante no es la obra –mucho menos los chismes-, que como toda reforma, en constante adaptación a la sociedad a la que pertenece, debe ser base de la siguiente; sino la forma en que se acuerdan y acometen esas reformas. Ese es el verdadero legado de Suárez, su herencia. Ahí reside la intención y la importancia de este libro.» Eso lo escribió usted en el prólogo de «Pasión por la Libertad». ¡A ver, si los que reclaman tanto homenaje desde las tribunas le imitan un poco en lo importante!
Un saludo a su padre, tocayo.
Enhorabuena por el premio Ortega y Gasset de fotografía. Me encantaría publicar esa foto en mi blog. ¿Será posible? Un abrazo muy fuerte
Enhorabuena por varios motivos: primero, por su blog, segundo por el premio Ortega y Gasset a la mejor fotografía, y tercero por ser una persona íntegra, coherente y comprometida. La deseo todo lo mejor en todo lo que se proponga llevar a cabo en su vida. Un abrazo
Aprovecho esta página para enviarle mi enhorabuena por el premio Ortega y Gasset a la mejor fotografía. Además de su calidad, el significado es impresionante. Teniendo en cuenta los momentos tan difíciles que estamos viviendo en este país, me parece totalmente acertado premiar esta fotografía. He podido leer algunos comentarios que critican la concesión de este premio y lo único que se puede decir al respecto es que desgraciadamente algunos sólo se contentan cuando ellos o el colectivo al que pertenecen son los que se llevan los aplausos; el ajeno les duele. El mio, mi aplauso va para usted
¡Enhorabuena! Espero que le hagan caso. Un fuerte abrazo para usted y para su padre. Estaría orgulloso de leer algo así!!!!
Estimado Adolfo: comparto por completo su artículo y le felicito. Pero mi felicitación más efusiva es por la foto que le hizo a su señor padre con el Rey. Como no conozco otro medio posible, me comunico a través de su blog.
A mí, como a tantos, me impactó mucho y eso me llevó a escribir, de imediato, un poema que he incluído en uno de mis libros inéditos. Mi amigo Luis Alberto de Cuenca, conoce el poema.
Permita que se lo copie aquí, con todo mi cariño.
Un abrazo.
EN PIE DE GRATITUD
(A Don Adolfo Suárez, primer Presidente de la Democracia. / Y a mi madre –in memoriam- que, en tiempo de elecciones, / siempre decía ilusionada: -«yo votaré al Sr. Suárez».)
¿Qué queda, noble señor, / de cuanto fuiste, entonces, / cuando con lúcida voz, / ponías luz, junto al Rey, / sobre la sombra de España? // Qué, si no esta honda tristeza / de verte caminar, extraviado / en el tiempo ese que –tarde o / temprano- siempre concluye, / implacable, borrándolo todo. // Nada sabes de ti ni de la Majestad / de la mano que nombra tu hombro. / ¡Es tan duro intuirte ya fotografía! // Victorioso combate, no vana batalla, / quisiera sobre la desmemoria que, / tan cruel, te trabaja el recuerdo. // Pero –irreparable es el daño- sólo / consuela saberte memoria viva / de todo un pueblo / en pie de gratitud.
Estimado Antonio: Le agradezco enormemente su felicitación. Como ya sabrá, estoy convencido de que quienes merecen el premio son los protagonistas… aunque, no por ello, dejo de agradecerlo. Me alegra también conocer su blog, ya que compartimos pasión por la poesía.
Reciba un cordial saludo y, una vez más, mi gratitud.
Muchas gracias por responder, estimado Adolfo. Esa foto (tan merecidamente premiada) se ha convertido en un icono; un tributo a quien, ningún español de bien puede olvidarlo, fuera el primer Presidente Gobierno de la Democracia. Se lo dice alguien que, en su juventud, simpatizó con la izquierda y que ya no cree en siglas políticas, sino en personas.
Me he paseado por los versos de su blog, y me he congratulado con su lectura. No sé si habrá publicado algún libro (disculpe mi desconocimiento), pero creo que sería un regalo para quienes amamos la poesía, el que se animara a ello.
Gracias, de nuevo, por responder.
Un abrazo.
Llegué aquí desde el blog de D. Enrique Monasterio.
Tengo que reconocer que hasta hace relativamente poco no me interesaba la política, no mucho, hasta que me he dado cuenta que la libertad de mi familia, de mis hijos y la mía propia se ve seriamente afectada, en un sentido u otro, por decisiones políticas.
Es la hora de la grandeza, de defender ideales, de proteger derechos y de buscar al bien común sin renunciar al bien!!. Me encantó leer su entrada.
Estimada Benita:
Nada se puede dar por perdido, ni por definitivamente ganado; hay que defender cada día aquello en lo que se cree. Cada uno desde su sitio, pero sin dejadez.
Me alegra que le guste y le anime a participar. Ese es mi objetivo.
Un cordial saludo,
Adolfo
Estimado D. Adolfo, acabo de leer una entrevista que ha concedido Vd a Alba Digital: http://www.albadigital.es/2009/06/26/religion/trato-a-dios-como-a-un-amigo/
Sinceramente, me ha sorprendido gratamente su manifestación de fe cristiana, y precisamente por eso, respetuosísimamente y sin enjuiciarle en modo alguno, me atrevo a plantearle un dilema que recientemente he tenido que dilucidar personalmente antes de votar la elecciones al Parlamento Europeo. En definitiva se trata de -humildemente- intentar conocer: ¿cómo puede usted compatibilizar la militancia en el PP con su fe cristiana?
Yo no he podido votar al PP en conciencia por lo siguiente:
* Mariano Rajoy sobre la actual ley del aborto (de 1985): «La legislación actual es equilibrada, aunque sin duda alguna debería cumplirse.» – http://www.abc.es/20090111/nacional-politica/plazos-para-aborto-iria-20090111.html
* Mariano Rajoy sobre la actual ley del aborto (de 1985): «P: ¿Modificaría usted la Ley del Aborto? – R: No, nosotros hemos convivido con la ley actual entre 1996 y 2004. Lo que procuraría es que se aplicara.» – http://www.elmundo.es/2008/01/28/espana/2315473.html
* María Dolores de Cospedal, sobre la actual ley del aborto (de 1985): «Para mí no es un debate aborto sí o aborto no. Estoy a favor de que las mujeres que esperan un hijo tengan la mayor ayuda posible para poder tenerlo, que no se sientan solas. Pero también creo que tenemos una ley de despenalización de algunos casos que están bastante admitidos por la sociedad española y deben mantenerse»
* Hay más ejemplos, como usted desgraciadamente sabrá, por no hablar de la píldora RU-486 (o «del día después») – 1998 – Gobierno del Partido Popular
Ahora, como cristiano, católico en mi caso, me voy a las palabras de San Juan Pablo II y leo: «Quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad» – Juan Pablo II, Homilía en la Misa de las Familias, Madrid, 2-XI-1982. – http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/homilies/1982/documents/hf_jp-ii_hom_19821102_famiglie-madrid_sp.html
También el actual pontífice me lo deja claro: «Hago un llamamiento a los líderes políticos para que no permitan que
los hijos sean considerados una especie de enfermedad, y para que en vuestro ordenamiento jurídico no
sea abolida, en la práctica, la calificación de injusticia atribuida al aborto.» – Discurso en el Encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático, Viena, 7 de septiembre de 2007 – http://www.encuentra.com/articulos.php?id_sec=70&id_art=2249&id_ejemplar=0
En definitiva, D. Adolfo, hasta donde soy capaz de entender, como cristiano tengo la obligación de intentar abolir una ley injusta y como ciudadano español para ello tengo entre otros medios mi voto. Y estas elecciones, y nunca mas si no cambia la cosa, no he votado a ningún partido directa o indirectamente abortista como el PP (me remito a lo expuesto antes, que son declaraciones, no opiniones mías) ¿cómo puede Vd. compatibilizar esto? ¿no sería mejor, si su vocación es el servicio al bien común desde el ejercicio de la política, adherirse a alguna de las formaciones políticas que defienden los principios no negociables para los católicos?
En fin, espero no haberle puesto entre la espada y la pared ya que le planteo esto desde la inquietud personal, el profundo respeto como representante público que usted es y fraternalmente como hermano suyo en la fe.
Un cordial saludo
Atentamente: Emilio Cabezas
Estimado D. Emilio: Como bien sabrá a estas alturas siempre he defendido mi postura contraria al aborto de forma clara y sin ambages. Es cierto que algunos miembros de mi partido «navegan más suavemente» en este tema. Ello no es óbice para que la postura del partido sea contraria al aborto de forma clara. Como miembro ahora y como dirigente hace unos años, siempre he creído que es mejor hacer valer tus ideas dentro del partido que desde fuera. Como es lógico esto tiene sus límites… por ejemplo, que la postura oficial del partido en un Congreso llegará a ser favorable al aborto o, se votara a favor de esa ley por parte de nuestro grupo parlamentario. Entiendo su dilema y espero que entienda mi argumentación. Creo que es necesario que desde dentro alcemos la voz y seamos capaces de mantener a nuestro partido en esa línea de defensa de la vida en que está ahora. Por más que algún dirigente pueda parecernos, a unos u otros, más o menos «contundente». Me reconocerá que yo si lo soy… contundente, digo.
Un muy cordial saludo y mi gratitud por su comentario
Nadie mejor que Adolfo Suárez Illana para hablar de la grandeza que nuestros políticos debieran poner en práctica. Fui testigo directo de lo que tuvo que vivir cuando fue designado candidato a la presidencia de la Junta de Castilla La Mancha. Su entrega y lealtad al partido, ambas no correspondidas, y su largo silencio, demuestran eso, grandeza. Enhorabuena por ser un digno hijo de su padre. A ver cuando este PP se da cuenta que perder a gente como usted es, una vez más, una enorme torpeza. Saludos
¡Enhorabuena Señor Suárez! Es difícil ver independencia y ecuanimidad en los planteamientos políticos de hoy día.